martes, 22 de mayo de 2007

EL cliente siempre tiene la razón.

Esta tarde he tenido una amistosa visita por parte de un cliente. Si alguno a trabajado de cara al público, lo reconocerá como aquel individuo que llega al establecimiento con un pensamiento entre las cejas: "Se van a enterar". Suele ser una persona normal, ni mas alto ni mas bajo que el más común de los corrientes homo sapiens. Esperará cualquier mínimo comentario para saltar al escenario y ponerte en situación delicada, con otros clientes del establecimiento, a fin de tener sus segundos de satisfacción soltando alguna perorata.

Lo que estos indiviuos desconocen es que:

A) No siempre llevan la razón al 100%
B) Deberían haber prestado atención a las cartillas de Palau, esa que usaban en mis tiempos de escolar para enseñar a leer. Más que nada para leerse las condiciones de garantía.

En cualquier caso, la situación se ha llevado por buen camino, con buenas maneras y ambas partes han quedado conformes... Todo bien, ¿no?. Pues no. Realmente no me quedan ganas de averiguar donde trabaja el querido cliente para devolver la pelota, pero vamos, tampoco me importaría ver como se le cae su preciosa mercancía recién comprada.

This is the end, my only friend.

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