Ayer mientras estaba en autopista llegué a los 10000km. Son mis primeros 10000 en mi primera moto, como conductor aún novato, y con la moto limitada en potencia, tal como marca "La Ley". Me quedan aún, a día de hoy, 69 intervalos de 24 horas hasta la fecha en que legalmente se me permita que mi Bonneville sea capaz mostrar su auténtico carácter. Creo que nunca veré ese carácter, porque el ramalazo de fallo de batería me hace no querer saber nada más.Han sido 20 meses al manillar de una moto que me ha dado hasta el momento más penas que alegrías, por sus continuos problemas eléctricos.
Han sido 90% de km en ciudad , muy pocas salidas largas, muy al principio, cuando todavía no me dejaba tirado y siempre acompañado unicamente por mi sombra. No he rehuído la lluvia, ni las autopistas, ni los malos asfaltos, ni la colas, siempre con calma y adecuado a mi ritmo lento. No tumbo, no toco rodilla, y con el codo sólo toqué cuando me caí en parado sin mayor consecuencia para mi o la moto, pero me lo he pasado pipa cuando he conseguido que arrancara. A estas alturas ya no la veo con los mismo ojos que cuando la saqué a de concesionario (maldita sea, casi piño a los pocos metos de salir y creo que sufrí un par de infartos hasta que la metí en el garaje). Estoy en medio de una demanda judicial por temas de reparaciones no realizadas durante el periodo de garantía y tengo la vista puesta en la próxima montura, ya descartado que la moto que me compre en su momento, funcione como debe y me de alguna alegría más.
Aún así, le debo que me haya enseñado a querer los vehículos de dos ruedas, a ser más consciente cuando voy en la lata, y a tomarme cada segundo que subí en ella como tiempo de ocio. Gracías por estos 10000 km y gracias por hacerme conocer el mundo de las motos. Cervecitas para todos (sin alcohol).
Han sido 90% de km en ciudad , muy pocas salidas largas, muy al principio, cuando todavía no me dejaba tirado y siempre acompañado unicamente por mi sombra. No he rehuído la lluvia, ni las autopistas, ni los malos asfaltos, ni la colas, siempre con calma y adecuado a mi ritmo lento. No tumbo, no toco rodilla, y con el codo sólo toqué cuando me caí en parado sin mayor consecuencia para mi o la moto, pero me lo he pasado pipa cuando he conseguido que arrancara. A estas alturas ya no la veo con los mismo ojos que cuando la saqué a de concesionario (maldita sea, casi piño a los pocos metos de salir y creo que sufrí un par de infartos hasta que la metí en el garaje). Estoy en medio de una demanda judicial por temas de reparaciones no realizadas durante el periodo de garantía y tengo la vista puesta en la próxima montura, ya descartado que la moto que me compre en su momento, funcione como debe y me de alguna alegría más.
Aún así, le debo que me haya enseñado a querer los vehículos de dos ruedas, a ser más consciente cuando voy en la lata, y a tomarme cada segundo que subí en ella como tiempo de ocio. Gracías por estos 10000 km y gracias por hacerme conocer el mundo de las motos. Cervecitas para todos (sin alcohol).
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